La motivación y la emoción contribuyen a dar dirección a la conducta. Los motivos son necesidades o deseos internos específicos que activan a un organismo y dirigen su comportamiento a una meta. las emociones son experiencias de sentimientos como miedo, alegría o sorpresa que también subyacen a la conducta.
A medida que nos desarrollamos, nuestra conducta se rige por diversos motivos nuevos en los que influye profundamente el aprendizaje, entre ellos la agresión y los motivos sociales? logro, poder y afiliación- que se centran en la relación con los demás.
Agresión
Toda conducta que intente inflingir a otros daño físico o psicológico constituye un acto de agresión. Para algunos psicólogos la agresión forma parte de un instinto que es desencadenado por el dolor o la frustración, otros la ven como una pulsión innata que es preciso canalizar hacia fines constructivos. Muchos psicólogos contemporáneos piensan que la agresión es una respuesta aprendida, moldeada por la conducta agresiva de otros.
LAS EMOCIONES
Igual que los motivos, las emociones activan y dirigen la conducta. Nos instigan a acercarnos a un objeto o alejarnos de él. Sin embargo, también como los motivos, pueden activar una compleja cadena de conductas capaces de favorecer o dificultar el cumplimiento de nuestras metas. Según la ley de Yermes-Dodson, cuanto más compleja sea una tarea, más bajo será el nivel de activación emocional que pueda tolerarse sin que interfiera con el desempeño.
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